Este símbolo de la Revolución de Mayo se comenzó a construir en 1725 y respondió al proyecto ejecutado por el arquitecto jesuita, Andrés Blanqui, quien ideó con características propias de la arquitectura colonial, un volumen de dos plantas y torre central con sendas galerías abiertas, integradas por 11 arcos de medio punto, una en planta baja y la otra en la planta superior, con una balconada.
La réplica que se construye en San Luis estará destinada a actividades recreativas, turísticas, culturales, pedagógicas y de interés histórico. El edificio tendrá las dimensiones, características morfológicas y terminaciones del antiguo cabildo de Buenos Aires de 1810. Su superficie será de 2.008m2, más una plaza, tal como fue la original Plaza de Mayo en épocas de la colonia.
El edificio principal, con su frente orientado hacia el naciente, será de dos plantas con doble recova y un patio posterior con características de patio colonial. En su interior albergará dos salas históricas, con su equipamiento de la época, y salas para eventos culturales, museo histórico, salas de exposiciones, biblioteca, sala audiovisual, confitería y áreas para el fomento turístico.
El tipo de construcción será mixta, respetando bóvedas y el espesor de los muros. La carpintería y herrería será fiel a los materiales del edificio original trabajadas artesanalmente, en hierro forjado y maderas duras.
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