Mientras las transferencias para pagar obras de infraestructura se estancaron, los subsidios muestran una gran evolución
La caja pública es una. Si el dinero se usa para una cosa, pues no se utiliza para otra. Así de simple, tanto en una casa como en el Gobierno.
Uno de los pilares de la gestión kirchnerista, la obra pública y la inversión en infraestructura, ha sido jaqueado en los últimos 18 meses por otro de los pilares: los subsidios.
Mientras una cae y ya muestra una tendencia de desaceleración, la curva que mide el gasto en capital, la otra crece de manera opuesta, la que mide los subsidios.
De acuerdo con un trabajo de la consultora Exante, que dirige el economista Aldo Abram, las transferencias al sector privado han iniciado una carrera ascendente desde mayo de 2007.
Por Diego Cabot
Fuente LA NACION
"Las transferencias al sector privado, es decir, los subsidios, han subido mucho. Y la variable de ajuste en este caso han sido los gastos de capital. Se ha parado mucho la obra pública, al igual que ha pasado históricamente. La variable es la inversión en capital", dijo Abram.
Hasta abril de 2006, los gastos en capital mostraban un fuerte crecimiento frente al año anterior. En ese mes, la inversión había crecido un 96,2% frente al mismo mes del año anterior.
Por entonces, los subsidios eran incipientes. En abril de 2006, las transferencias al sector público habían crecido en alrededor de un 25% frente al año anterior. "Empezaban los primeros subsidios a las generadoras, pero aún era nada respecto de lo que pasa ahora. También había una suba en los subsidios al transporte, pero nada más", dijo un especialista en cuentas públicas que prefirió no ser mencionado en la nota.
Para mayo de 2007, las transferencias cuyo destino es la obra pública se empezaban a desacelerar: crecían un 45% frente al año anterior. La curva del dinero que partía a subsidios se mantenía más o menos estable.
Fondos electorales
Entonces llegó la campaña electoral, que terminó con la elección de la actual presidenta Cristina Fernández, y los pagos para la obra pública se volvieron a acelerar. Entre julio, agosto y septiembre del año pasado, la tendencia pareció revertirse. Pero no. Pasados esos meses, la curva volvió a empinarse, a tal punto que llegó a mayo de 2008 -último dato conocido- a un crecimiento de un 22,9 por ciento.
Paralelamente, las transferencias a las empresas empezaron la empinada cuesta del crecimiento. En abril de 2007 el aumento de los subsidios había crecido un 19,49 por ciento. Un año después, en abril de 2008, los fondos que salían del Tesoro para solventar gastos corrientes en empresas, básicamente energéticas y de transporte, ya crecían a un ritmo de un 72 por ciento.
"Lo que está sucediendo es el tercer acto de una tragedia griega", dijo Fernando Navajas, economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
"Si uno estudia lo que ha pasado y lo que pasa, la secuencia es así: congelamiento de tarifas, aumento de tarifas a los sectores industriales y comerciales, luego llegan los subsidios y finalmente los bloques tarifarios. Segba, en su época de prestadora de servicios en Capital Federal, llegó a tener 19 bloques tarifarios vigentes", dijo Navajas. Abram dice que, mientras el Gobierno desacelera la inversión y paga más subsidios, autoriza un aumento de tarifas, en este caso a Edenor, Edelap y Edesur, y les reclama que el 100% de ese dinero vaya a inversión.
La caja pública es una. Si el dinero se usa para una cosa, pues no se utiliza para otra. Así de simple, tanto en una casa como en el Gobierno.
Uno de los pilares de la gestión kirchnerista, la obra pública y la inversión en infraestructura, ha sido jaqueado en los últimos 18 meses por otro de los pilares: los subsidios.
Mientras una cae y ya muestra una tendencia de desaceleración, la curva que mide el gasto en capital, la otra crece de manera opuesta, la que mide los subsidios.
De acuerdo con un trabajo de la consultora Exante, que dirige el economista Aldo Abram, las transferencias al sector privado han iniciado una carrera ascendente desde mayo de 2007.
Por Diego Cabot
Fuente LA NACION
"Las transferencias al sector privado, es decir, los subsidios, han subido mucho. Y la variable de ajuste en este caso han sido los gastos de capital. Se ha parado mucho la obra pública, al igual que ha pasado históricamente. La variable es la inversión en capital", dijo Abram.
Hasta abril de 2006, los gastos en capital mostraban un fuerte crecimiento frente al año anterior. En ese mes, la inversión había crecido un 96,2% frente al mismo mes del año anterior.
Por entonces, los subsidios eran incipientes. En abril de 2006, las transferencias al sector público habían crecido en alrededor de un 25% frente al año anterior. "Empezaban los primeros subsidios a las generadoras, pero aún era nada respecto de lo que pasa ahora. También había una suba en los subsidios al transporte, pero nada más", dijo un especialista en cuentas públicas que prefirió no ser mencionado en la nota.
Para mayo de 2007, las transferencias cuyo destino es la obra pública se empezaban a desacelerar: crecían un 45% frente al año anterior. La curva del dinero que partía a subsidios se mantenía más o menos estable.
Fondos electorales
Entonces llegó la campaña electoral, que terminó con la elección de la actual presidenta Cristina Fernández, y los pagos para la obra pública se volvieron a acelerar. Entre julio, agosto y septiembre del año pasado, la tendencia pareció revertirse. Pero no. Pasados esos meses, la curva volvió a empinarse, a tal punto que llegó a mayo de 2008 -último dato conocido- a un crecimiento de un 22,9 por ciento.
Paralelamente, las transferencias a las empresas empezaron la empinada cuesta del crecimiento. En abril de 2007 el aumento de los subsidios había crecido un 19,49 por ciento. Un año después, en abril de 2008, los fondos que salían del Tesoro para solventar gastos corrientes en empresas, básicamente energéticas y de transporte, ya crecían a un ritmo de un 72 por ciento.
"Lo que está sucediendo es el tercer acto de una tragedia griega", dijo Fernando Navajas, economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
"Si uno estudia lo que ha pasado y lo que pasa, la secuencia es así: congelamiento de tarifas, aumento de tarifas a los sectores industriales y comerciales, luego llegan los subsidios y finalmente los bloques tarifarios. Segba, en su época de prestadora de servicios en Capital Federal, llegó a tener 19 bloques tarifarios vigentes", dijo Navajas. Abram dice que, mientras el Gobierno desacelera la inversión y paga más subsidios, autoriza un aumento de tarifas, en este caso a Edenor, Edelap y Edesur, y les reclama que el 100% de ese dinero vaya a inversión.
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